
brassiere a tono y sexy panty le esperaban,
mientras ella imaginaba la tortura visual a la que quería someterlo
la noche y el día siguiente se le hicieron eternas.
Apagó las luces y puso música de fondo mientras observaba como él
dejaba de lado todo lo que podía incluso su ropa
ella como buena masoquista, le gusta llevar al límite las situaciones
calentar tanto, hasta que llegue un punto sin retorno
donde la pasión, el deseo y el dolor no tienen diferencia
contoneo su cuerpo mientras el se desesperaba por tocar
como un niño al que le dicen que no puede subir hacia su frasco de caramelos.
Fueron los minutos más largos de su vida, porque dentro de su ser
sentía que se incendiaba, que llegaría un momento donde lo montaría como una jinete
obsesionada por llegar a la meta y ganar su premio.
El no pudo más y la arrastró hacia su pelvis, pero ella no quiso montar,
quería más tortura quería hacerlo explotar
recorrió su pelvis y con ternura y firmeza le regalo la mejor canción sobre su cuerpo.
-Que quieres? preguntó, ella se aferró y le dijo adivina.
De allí en adelante mientras las manos desesperadas peleaban por arañar
las bocas mordían todo lo que emanaba sudor, placer, pasión
la respiración agitada y esa pelea por dejarse llevar del mejor premio
un buen orgasmo.
- Por favor, golpéame!
-Así?
-No! Más duro.
-Dime que soy.
El no tuvo palabras y se abalanzó sobre su pecho para entretenerse hasta perder el aliento
-Que me digas que soy!
-Mi puta.
-Así me gusta.
De allí en adelante no hubieron más palabras, simplemente se perdieron
y se dejaron llevar por las electrizantes ganas de beber el sudor de cada uno hasta quedar saciados.
*El relato descrito puede ser parte de la imaginación.
1 comentario:
muy buen post !
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